Cada entidad financiadora tiene sus propias reglas, pero usualmente adelantan entre el 90% al 97% del monto total de la factura, y la diferencia es retenida pues se considera como un fondo de garantía si el cliente no paga en la fecha de pago. Adicionalmente, se aplica un porcentaje como costo de financiamiento por el  adelanto del pago. Este montó dependerá de cada financiera pero varía  entre  el 12% y el 24%.